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Conviene aclarar antes de cualquier reflexión que la industria audiovisual ya estaba sufriendo un cambio radical antes de la pandemia.

 

Al llegar ésta, con el desarrollo tecnológico en plena aceleración y la creciente demanda de experiencias más interactivas e interconectadas, las empresas se enfrentaron a tremendas dudas y riesgos sobre las opciones para crear grandes experiencias y eventos audiovisuales. En este contexto, se intentaba interpretar rápidamente las señales que ofrecían el comportamiento y los hábitos de los usuarios, pero hacerlo ante un panorama inédito y nunca visto no fue fácil.

La paralización llegó a ser total, con consecuencias dramáticas para la ocupación y las inversiones en el sector, los eventos debían ser pequeños e íntimos o se suspendían para evitar riesgos de contagio y la confianza en nuevas vías como los eventos virtuales y el streaming avanzaba muy lentamente. La necesidad no perdida, de comunicarnos más y mejor permitió a quienes no podían o no querían asistir a un evento de forma presencial que lo hicieran online. Se iniciaba una transformación en la forma de divertirse, de trabajar y de educar.

 

El fin de la pandemia ha hecho que la mayoría de las empresas funcionen de nuevo (o al menos lo intenten) y analizando el pasado y el presente podemos comenzar a pensar en qué tipo de eventos queremos. Ahora ya sabemos muchas cosas, pero siempre es pronto para hacer pronósticos acertados. Por el momento constatamos que los eventos audiovisuales cobran más importancia que nunca.

 

Los audiovisuales y la tecnología se han vuelto imprescindibles en nuestro día a día porque nos ayudan a conectarnos con los demás de una forma especialmente emotiva e inmediata. A medida que los medios digitales se hacen más populares que nunca, la tecnología en esta industria nos ha permitido ver películas, jugar, o trabajar en cualquier situación, en cualquier lugar y con cualquier persona o grupo de personas de todo el mundo.

El sector continúa desarrollando y creando nuevos productos cada vez más avanzados, con más prestaciones y beneficios para los usuarios, lo que se traduce en desarrollo de los sistemas audiovisuales que, aunque más complejos y completos, son más fáciles de usar gracias al diseño de las interfaces de usuario.

Sin duda, las pantallas LED son las reinas del evento y se consolidan como el sistema de visualización más adoptado por los profesionales. Su construcción precisa y cada vez más ligera, flexible y adaptable a curvas y geometrías esféricas u orgánicas ofrece posibilidades infinitas a diseñadores y artistas. En el campo de la integración A.V., podemos montar cúpulas LED envolventes que ofrezcan contenidos interactivos en 8K con sonido espacial 3D y efectos de iluminación. Los sets de rodaje o platós de TV ya no pueden prescindir de los fondos LED y desplazan a un lado a los tradicionales videowalls, los avances en cámaras robóticas, renderización 3D en tiempo real y en las aplicaciones de realidad virtual, aumentada y extendida, lo demuestran las producciones de la industria cinematográfica y la televisión a diario. Su uso en conciertos, congresos y en general cualquier aplicación para exhibir contenidos a gran número de público, está ya tan extendido que ningún profesional puede renunciar a las pantallas LED en sus escenografías.

La proyección de vídeo no se ha quedado atrás en sus proyectos de I+D, tanto en la generación de la fuente principal de luz como en las ópticas, lentes, mecánica y control. Los proyectores actuales pueden superar los 50.000 lúmenes y ofrecer resolución nativa de 8K a distancias considerables y en pantallas de grandes dimensiones.

Las múltiples opciones de ajustes de proyección y de foco y la aplicación de nuevos softwares de autoría y creación 3D han propiciado la aparición de una nueva técnica, el mapping, ya acreditado como una tendencia por derecho, cada vez más popular y aceptada por los creadores de experiencias visuales impactantes. Desde la proyección sobre grandes superficies arquitectónicas o monumentales como parte de un evento audiovisual para multitudes, a la proyección sobre pequeños objetos en interacción con el usuario (micro-mapping), como pueden ser las proyecciones cenitales sobre las mesas de un restaurante, la presentación de productos o piezas de arte y las instalaciones artísticas en museos y exposiciones.

La conversión de información analógica en ceros y unos es más que una tendencia, es una nueva dimensión del conocimiento humano, con la transformación digital avanzamos en otros campos del audiovisual, ahora estamos viendo los beneficios de la distribución de audio y vídeo inalámbricos, la razón es simple, aumentan la flexibilidad y la eficiencia de comunicación, al mismo tiempo que reducen el hardware necesario para que esto suceda. Y con menos hardware e infraestructura, vemos grandes oportunidades para las empresas en el futuro, a medida que esta tecnología mejora. Ningún protocolo de comunicaciones actual existiría ni sería posible sin la transformación digital.

Sin embargo, para que la digitalización no cese en su desarrollo, se necesitan mejores “chips” y componentes que almacenen y transmitan más información y más rápido. Necesitamos almacenar energía de forma eficiente para poder pasar a la deseada ausencia de cables, al “Wireless” total, con la autonomía y seguridad que merecen los eventos en directo. Y el desarrollo de baterías, cada vez más pequeñas, ligeras y potentes facilitará el proceso.

En las instalaciones, el camino de las tendencias nos lleva a los dispositivos autónomos, con conexión a redes y sobre todo sin cables. Aunque la pesadilla de los cableados kilométricos no tiene un final cercano, en muchas áreas del audiovisual, especialmente en transmisión de vídeo, audio, microfonía o iluminación, ya recurrimos al “fuera cables” con absoluta normalidad.

Existen muchas más tendencias que afectan al mundo del audiovisual y los eventos, interconectadas siempre, combinadas y convergiendo a menudo en brillantes innovaciones, algunas, como los interactivos que mantienen una estupenda expectativa de futuro, la cartelería digital, implementada en centros comerciales y tiendas de marca. El “gaming” y la transmisión de grandes competiciones de “e-games”, como los “eSports”, llenan los estadios y se transmiten en directo desde plataformas de streaming. La inteligencia artificial, con todo el potencial para transformar la industria audiovisual, favorecerá la automatización de procesos de guía y acceso a museos, “show-rooms" o ferias, hoy en día ya permite la creación robótica de contenidos para redes de cartelería digital, que se autogeneran y renuevan automáticamente en base a algoritmos de reconocimiento de personas u otros datos.

Si la juventud es el futuro debemos estar muy atentos a los hábitos de las generaciones más jóvenes, creemos que las empresas que quieren llamar su atención deben utilizar los eventos como una oportunidad para acercarnos a ellos y para que se acerquen entre ellos, eventos en los que puedan encontrarse cara a cara en lugar de simplemente publicar anuncios. ¡Y la difusión audiovisual en grandes pantallas es una excelente manera de hacerlo!

 

Nos esperan muchas sorpresas en el futuro. Todo llegará, pero lo importante ahora es observar y comprender lo que está sucediendo en nuestra industria para estar en alerta máxima ante las tendencias y que nuestro trabajo se alinee con las preferencias de nuestros clientes.

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